Control de moscas en Industria Alimenticia: Un enfoque integral

La industria alimenticia produce grandes volúmenes de desechos orgánicos, que actúan como fuente de alimento para diversas plagas. Entre ellas, las moscas representan un desafío significativo debido a su elevada capacidad reproductiva y su rápida adaptación a diferentes entornos.

Además de ser una molestia, las moscas pueden contaminar los alimentos, ya que son portadoras de patógenos que representan un riesgo para la salud pública. Su presencia puede comprometer la seguridad alimentaria y afectar la calidad de los productos.

El impacto de las moscas no se limita solo a la contaminación de los alimentos, sino que también tiene importantes repercusiones económicas. Las empresas pueden enfrentar pérdidas significativas debido a la destrucción de productos y el deterioro de su imagen ante los consumidores.

  • La hembra comienza a poner sus huevos aproximadamente 1,8 días después de la cópula (condiciones ideales de 35º C de temperatura ambiente) pero con temperaturas bajas (15°C) ese periodo se extiende a 9 días.
  • Los huevos son colocados bajo la superficie del material rico en materia orgánica y húmeda (protegidos de la deshidratación), pues allí proliferará el alimento de las larvas.
  • Las hembras en estado adulto viven cerca de 30 días mientras que los machos raramente superan los 17 días.
  • La cantidad de huevos que colocan varía, pero se estima que promedian las 6 baterías (oviposiciones múltiples) de 120 huevos en cada una de ellas.
  • Debajo de los 13 grados los huevos no maduran. A 35 grados maduran de una a ocho horas.
  • Por encima de 42 grados, mueren.

El control cultural se basa en prácticas de limpieza que previenen la proliferación de moscas:

  • Mantener drenajes y cañerías libres de residuos orgánicos.
  • Las rejillas deben estar en perfecto estado y correctamente colocadas.
  • Limpiar periódicamente con productos como soda cáustica, teniendo en cuenta su corrosividad.

El control físico incluye la implementación de barreras y acciones preventivas:

  • Colocar rejillas donde falten y limpiar cañerías con cepillos duros.
  • Inundar cañerías por 24 horas para eliminar larvas, y repetir el proceso a las 48-72 horas.
  • Usar barreras físicas como puertas dobles, cortinas de aire y mosquiteros.

Las aplicaciones químicas deben ser limitadas y específicas:

  • Aplicar insecticidas a base de piretroides en rejillas y áreas puntuales.
  • Utilizar formulaciones en espuma o concentrados emulsionables para cañerías.
  • En zonas externas, aplicar productos de mayor residualidad para controlar la población adulta de moscas.

Este monitoreo debe realizarse tanto antes como después de implementar cualquier medida de control para evaluar su efectividad.

Para ello, se recomienda el uso de trampas de luz UV equipadas con tubos recubiertos de teflón, diseñadas específicamente para atraer y capturar moscas adultas.

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