Polinizadores: Guardianes de la biodiversidad y de la seguridad alimentaria

La preservación de los polinizadores es esencial para garantizar la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas. En nuestras actividades, nos enfocamos en monitorear canteros y registrar, mediante fotografías e identificación de especies, la presencia de insectos polinizadores como mariposas, abejas, orugas, y hasta pulgones. Este trabajo no solo permite comprender el estado de salud de estos ecosistemas, sino también identificar oportunidades para su conservación y mejora.

Los polinizadores son animales que, al visitar las flores para alimentarse, transportan el polen de una flor a otra. De esta manera cumplen un rol fundamental en la reproducción de las plantas al iniciarse así el desarrollo de las semillas y los frutos.

Conocidas por su distintivo caparazón rojo con manchas negras, las vaquitas de San Antonio son depredadores naturales de plagas como pulgones, ácaros, moscas blancas y cochinillas. Este comportamiento beneficia indirectamente a los procesos de polinización, al mantener el equilibrio ecológico y la salud de las plantas.

Los sírfidos destacan por su doble contribución a los ecosistemas. En su etapa larval, son utilizados como agentes de control biológico de plagas, como los pulgones, cuyas infestaciones pueden causar pérdidas económicas significativas. En su etapa adulta, son importantes polinizadores que visitan tanto plantas silvestres como especies cultivadas, consolidándose como los polinizadores más relevantes después de las abejas.

Los lepidópteros, como mariposas y polillas, son fundamentales en la polinización. Durante su búsqueda de néctar, transportan polen entre flores, favoreciendo la reproducción de numerosas especies vegetales. Su presencia es crucial en diversos ecosistemas alrededor del mundo.

Los abejorros son esenciales para el equilibrio ambiental debido a su capacidad para realizar la «polinización por zumbido», técnica que mejora la fertilización de ciertas plantas. Este proceso no solo garantiza la producción de frutas y verduras, sino que también contribuye al mantenimiento de los ecosistemas y a la estabilidad de la economía agrícola a nivel mundial.

Las abejas transportan el polen de una flor a otra, lo que mejora la producción de alimentos a través de la polinización. Esto contribuye directamente a nuestra seguridad alimentaria y nutrición. Sin las abejas, muchas plantas, incluidos cultivos alimentarios, no podrían reproducirse adecuadamente.

En INOQUA, comprendemos la importancia de los polinizadores como piezas clave en el equilibrio de los ecosistemas. Por ello, trabajamos comprometidos con su monitoreo y conservación, registrando su actividad y contribuyendo al conocimiento sobre estas especies fundamentales.

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